sábado, 7 de febrero de 2015

I.- Introducción

En el Sistema Nacional de Educación Superior Tecnológica se instauró el programa de diseño e innovación curricular para la formación y desarrollo de competencias profesionales, en el que se inscribe la tarea de formular el Plan de Estudios para cada una de las Carreras en los Institutos Tecnológicos vigentes, en su totalidad, a partir de 2010. Para ese propósito se publica en enero de 2009, bajo la responsiva de la Dirección de Docencia de la Coordinación Sectorial de Normatividad Académica de la Dirección General de Educación Superior Tecnológica dependiente de la Secretaría de Educación Pública, el documento “El proceso de diseño e innovación curricular para la formación y desarrollo de competencias profesionales en el SNEST”, denominado en este trabajo como documento fuente, es referente directo para la transformación curricular en el contexto de la educación superior tecnológica.
Del análisis del documento fuente para guiar el proceso de elaborar el Plan de Estudios de la Carrera de Ingeniería Civil; de la consulta de diversos documentos relativos a la formación en base a competencias profesionales[1] y de experiencias de diseño curricular basado en competencias desarrollados en instituciones de educación superior[2], se infieren las siguientes consideraciones:
PRIMERA.- El motivo principal del diseño curricular basado en competencias se explica en términos de la satisfacción de las expectativas que se presume surgen del mercado laboral, motivo que resulta legítimo sin lugar a dudas cuando se trata de instituciones que se crean para cumplir esas funciones; pero que, sin que pierda legitimidad el motivo, es evidentemente reducido cuando las instituciones tienen funciones de mucho mayor amplitud, como es el caso de las instituciones de carácter público y en especial las de educación superior.
El Sistema de Educación Superior Tecnológica, como parte de las instituciones del Estado Mexicano, se rige por las normas constitucionales que establecen las funciones sociales que se deben cumplir con los procesos educativos, entre ellas la formación de los miembros de la sociedad mexicana para el desarrollo económico de la nación.
SEGUNDA.- El diseño curricular basado en competencias es, aún, un proceso cuyo fundamento teórico está en construcción, y algunos de sus conceptos elementales adolecen de definición precisa[3]. Tal es el caso donde los términos “…capacidad, atributo, habilidad, destreza o competencia se usan a veces el uno por el otro…” y, “…en este sentido, una competencia es una capacidad profesional, que implica una construcción intelectual culturalmente diseñada, desarrollada en un proceso formativo…”[4] como se reconoce  en lo que en este trabajo se ha denominado documento fuente.
TERCERA.- Los resultados del diseño curricular basado en competencias están sin evidencia suficiente[5] que muestre ser útil en todas las instituciones de la educación superior del país, tal vez por lo reciente de su puesta en práctica y la evaluación de esta práctica es tarea pendiente.  Esta situación, sin embargo, no es obstáculo para proponer cambios que incorporen en el diseño aspectos no suficientemente considerados en los planes de estudio por sustituir y puede ser, en cambio, una situación que motive a la contribución académica para la teoría del diseño curricular.
Asumiendo las anteriores consideraciones como premisas para la formulación del Plan de Estudios de la Carrera de Ingeniería Civil, se propone, en primera instancia, la definición de un conjunto de conceptos que se estiman elementales para ese propósito.



II.- La profesión de ingeniería civil
II.1.- El campo de las profesiones
Las profesiones han sido objeto de estudio de varios autores desde distintos enfoques (Elliot, 1975), (Gómez V. M., 1989) ; se han establecido varias teorías sobre los orígenes y evolución hasta el estado actual de varias de ellas (Diaz Barriga, 1990) ; sin embargo subsisten distintas acepciones para el término profesión y es común que se le relacione exclusivamente con el proceso de formación que se lleva a cabo dentro de las instituciones de educación superior.
La historia de la evolución de los seres humanos y de las formas en que se han organizado permite identificar las relaciones del hombre con el medio; en principio, como funciones fundamentales del ciclo de vida del hombre, en términos de obtención de alimento y protección en forma directa abrigando su organismo, o indirecta con la creación de espacios protegidos. La ausencia de elementos para cumplir estas funciones se definen como necesidades vitales del hombre y pueden definirse como la necesidad de alimento, la necesidad de vestido y la necesidad de habitación.
Considerando al desarrollo social como proceso de continuo mejoramiento de los modos de vida del hombre, a las partes constitutivas de esos modos que, estando presentes propician el desarrollo de la sociedad, y que no existiendo lo limitan, pueden definirse como necesidades del desarrollo. Las necesidades del desarrollo de mayor importancia son la salud, la educación y el esparcimiento.
El medio natural ha sido la fuente del hombre para proveerse de bienes materiales y de procesos necesarios para sobrevivir y desarrollarse; sin embargo, para disponer de la naturaleza es preciso transformarla. A los elementos del medio natural susceptibles de ser aprovechados directamente o mediante su transformación constituyen los recursos, clasificados como renovables y no renovables; en la medida en que sea posible reproducirlos para su consumo o, al consumirlos extinguirlos.
Los recursos transformados para satisfacer necesidades son llamados satisfactores y pueden ser bienes o servicios. Cada proceso de transformación de recursos en satisfactores recibe el nombre de producción de satisfactores, cuya realización requiere de formas de actividad humana, espacios, instalaciones, equipo y procesos que configuran objetos sin cuya existencia la producción de satisfactores no sería posible; el conjunto de estos objetos, abstractos unos y materiales otros, constituyen la infraestructura del desarrollo social.
La razón de existencia de los objetos de la infraestructura del desarrollo social es la de cumplir con funciones específicas en los procesos de producción de satisfactores y en el de utilización de los mismos, entre las que se identifican, como funciones elementales, las de aprovechamiento, transformación, conservación y transferencia.
Función de aprovechamiento que consiste en el proceso de uso del recurso de manera directa, sin que requiera ser modificado.
Función de transformación define el proceso de modificación del recurso para poder ser utilizado como satisfactor.
Función de conservación como el proceso de estacionamiento, en un espacio dado por un tiempo determinado, de recursos, satisfactores o beneficiarios de los satisfactores.
Función de transferencia explicada como el proceso de cambio de ubicación de recursos, satisfactores o beneficiarios de los satisfactores.
Los procesos de producción de satisfactores determinan, en el campo de la infraestructura del desarrollo social, la creación de campos laborales constituidos con una gran variedad de actividad de amplios sectores de individuos de la sociedad que, con su desempeño, logran concreción de los componentes de dicha infraestructura y contribuyen, de esa manera, a la existencia de satisfactores de las necesidades sociales.
De la gran variedad de actividades necesarias para la existencia y funcionamiento de la infraestructura del desarrollo social, las que se caracterizan por su importancia y complejidad y tienen como propósito la organización, dirección y control de las demás actividades, constituyen las profesiones[6] definidas como sistemas de conocimientos científicos, capacidades científicas y actividades esenciales de planificación, diseño, elaboración, y operación de los objetos componentes de la infraestructura del desarrollo social cuya existencia y funcionalidad son la razón social de las profesiones.[7] Dichos componentes se denominan Objetos de Profesión.
Este tipo particular de actividad humana requiere ser desarrollada por cada individuo de la sociedad preparado para ello, llamado profesionista[8], tanto si dicha preparación ocurre solo como producto de la experiencia propia con su desempeño en el campo laboral, como si la preparación se desarrolla en ámbitos educativos y precede a su incorporación a dicho campo.
Las formas de desempeño del profesionista en el campo laboral constituye el Sistema de Esferas de Actividad del Profesionista al planificar, diseñar y dirigir los procesos de construcción y funcionamiento de cada objeto de profesión.
El Sistema de Esferas de Actividad del Profesionista es un modelo general que representa las actividades laborales fundamentales de cualquier profesionista, con independencia de la profesión de la que se trate; y tiene como objetivo general lograr la existencia concreta y el funcionamiento del objeto de profesión correspondiente. Cada una de dichas actividades fundamentales es susceptible de ser representada, a su vez, como un sistema cuyo objetivo exprese el tipo de relación de correspondencia y el nivel que deba establecerse con los demás elementos, mediante propiedades de orden jerárquico determinadas por el objetivo general.
Sistema de esferas de actividad del profesionista
Planificación del Objeto de Profesión
Definición del conjunto de actividades para discernir sobre la pertinencia del Objeto de Profesión y las implicaciones de su existencia y funcionamiento en los ámbitos ambiental, sociológico, económico y político.
Diseño del Objeto de Profesión
Definición de la estructura general del Objeto de Profesión para la función que se le asigne cumplir, determinando las características y especificaciones de cada uno de sus elementos.
Dirección de la  Elaboración del Objeto de Profesión
Definición del proceso de hacer existente y funcional el Objeto de Profesión.
Dirección de la Operación del Objeto de Profesión
Definición del proceso de funcionamiento del Objeto de Profesión.














II.2.- El campo de la ingeniería civil
Como se puede deducir de lo antes expuesto, las profesiones surgen como formas específicas de actividad humana en los procesos de producción de satisfactores sociales y no corresponden, en principio, al ámbito educativo aunque se relacionen con éste, a pesar del parecer común que actualmente se tiene de ubicar el origen de las profesiones en los centros de educación, principalmente en los llamados de nivel superior y que su función es satisfacer las demandas del llamado "mercado de trabajo" laboral. Lo que al campo de la educación corresponde, en todo caso, son los procesos de formación de profesionistas[9].
Las expectativas de solución a los problemas que constituyen la problemática de una sociedad en cualquier momento, dependen fundamentalmente de las capacidades que desarrollen los profesionistas para realizar su quehacer y de las modos en que éstas se realicen, en ello radica la posibilidad de identificar con oportunidad los problemas, formular su definición con precisión, desarrollar opciones de solución, organizar y dirigir los procesos para aplicar la solución y, tan importante o más para la sociedad, prevenir y evitar el surgimiento de nuevos problemas.
En el campo de la ingeniería civil, Obras Civiles es la denominación de ciertas estructuras físicas producto de la actividad humana realizadas para el mejoramiento de las condiciones de vida de los miembros de una sociedad.
En términos históricos, hubo necesidad de darle la connotación de civil para diferenciarlas de los ingenios militares, obras también físicas hechas por los hombres pero cuya finalidad exclusiva era la destrucción de fortificaciones y defensas durante el desarrollo de conflictos bélicos en Europa durante la edad media. La misma razón fundamenta la denominación de ingeniero civil para diferenciarla respecto a la de ingeniero militar; la primera para designar al individuo responsable de imaginar y hacer realidad a las obras civiles y la segunda lo correspondiente a los ingenios militares.
Conservando la denominación pero trascendiendo el concepto, la Obra Civil se define como el sistema de estructuras materiales que resultan de adecuaciones del medio físico para que cumplan al menos una de las funciones elementales de aprovechamiento, transformación, conservación o transferencia de recursos, satisfactores o beneficiarios de estos. Situación semejante ocurre, en la actualidad, al procurar definir lo que el ingeniero civil es y deba ser.
Ante la creciente complejidad de las relaciones de las nuevas formas de sociedad que se construyen no es suficiente el sentido de dominio técnico que comúnmente se asocia a la denominación de este profesionista desde que el proceso de industrialización iniciado en el siglo XVIII significó también el inicio del auge del avance tecnológico.
Ahora se reconoce que la acelerada innovación tecnológica trae consigo una rápida obsolescencia instrumental, como lo ejemplifica el hecho de que en tan sólo cuatro décadas en el trabajo cotidiano de los ingenieros se pasa de la indispensable utilización de la regla de cálculo al ahora imprescindible uso de los procesadores electrónicos de última generación.
Los ingenieros civiles del futuro inmediato tendrán ante sí una sociedad con una problemática más compleja que la presente; los problemas hasta ahora no resueltos se incorporarán, con dimensiones y complicaciones hoy desconocidas, a esa nueva forma de la sociedad. Nuevos conocimientos surgirán de manera más acelerada modificando drásticamente los objetos de profesión, pero manteniendo invariantes las formas generales de las esferas de actividad del ingeniero civil.
En ese sentido, la profesión de Ingeniería Civil[10] es el sistema de conocimientos científicos, capacidades científicas y actividades tecnológicas esenciales para la elaboración y ejecución de proyectos de planificación, diseño, construcción y operación de obras civiles; y el Ingeniero Civil el individuo social de personalidad científica, con capacidades para la planificación, el diseño y la organización, dirección y control de ejecución de proyectos para la construcción y funcionamiento de obras civiles. Las formas generales de actividad del ingeniero civil pueden, con propiedad, denominarse Capacidades profesionales, definidas como el sistema de capacidades y principios axiológicos necesario de desarrollarse para el ejercicio profesional. Los componentes de las competencias profesionales son, a la vez, los principales componentes de la personalidad del profesionista convicciones, criterios, valores sociales, éticos, políticos y estéticos y rasgos del carácter.
Para el caso de la profesión de Ingeniería Civil, los conceptos generales que han sido definidos con antelación adquieren concreción al definir el Sistema de Competencias Profesionales del Ingeniero Civil, que precisa el conjunto de actividades que todo profesionista debe realizar.
Para definir las competencias profesionales en términos de capacidades, el enfoque psicológico histórico-cultural (Rubinstein, 1979), -también conocido como de la Teoría de la Actividad- (Petrovski, 1986), aporta elementos que permiten identificar, a partir del desarrollo de una actividad[11] expresamente diseñada, la manifestación de una capacidad lograda; más aún, del sistema de componentes de la actividad (acciones y operaciones necesarias para realizarla), la determinación de las habilidades y hábitos necesarios para la existencia de dicha capacidad.
Con fundamento en la Teoría de la Actividad, una cierta capacidad[12] es el sistema de propiedades psicológicas de la personalidad que constituyen una condición para la realización exitosa de una actividad dada; una habilidad es el dominio de un complejo sistema de acciones psíquicas y prácticas para una regulación racional de la actividad con ayuda de los conocimientos y hábitos que la persona posee, y un hábito es la formación psicológica ejecutora particular constituida por el sistema de condiciones dominadas por el sujeto para ejecutar, que garantizan su realización automatizada. Desde enfoque psicológico capacidad, habilidad, hábito y destreza no son sinónimos; y una capacidad suficientemente desarrollada para realizar una actividad específica, adquiere la naturaleza de hábito para la realización de otra actividad, de mayor complejidad.




[1]   Carrera Farram, F. Xavier. “El desarrollo de competencias profesionales en el área de tecnología”.
Tejada Fernández, José. “Acerca de las competencias profesionales”.
Proyecto Tuning”
Proyecto Alfa Tuning para América Latina:
Proyecto 6x4 UEALC:
Proyectos REFLEX, CHEERS:
[2] Modelo Educativo del Subsistema de Universidades Politécnicas”. SEP. Subsecretaría de Educación Superior. Coordinación de Universidades Politécnicas. 2005.
  “Metodología de Diseño Curricular del Modelo Educativo Basado en Competencias de las UUPP”.
[3]   Existen pocos estudios rigurosos acerca de competencias en la educación superior, la mayor parte de la literatura en este campo es de tipo ensayístico y con frecuencia se observa una profusión de términos usados de forma intercambiable que no aporta al desarrollo de este campo”. (Baños, 2005)
“En el informe final de la primera fase del proyecto “Tuning” en Europa, el grupo de trabajo plantea unas conclusiones iniciales y unas cuestiones sin resolver dentro de las cuales cabe destacar cuáles son los métodos más apropiados para desarrollar las competencias genéricas a lo largo del currículo. (González y Wagenaar, 2003).
[4] “El proceso de diseño e innovación curricular para la formación y desarrollo de competencias profesionales en el SNEST”. DGEST. SEP. Enero de 2009.
[5] A pesar de que varios programas de educación superior ya implementaron un currículo basado en competencias, varios interrogantes acerca de su adecuada ejecución permanecen aún sin respuesta. Dentro de estos, se considera pertinente señalar el papel del docente en la promoción de competencias genéricas en el estudiante. Siendo el profesor quien, en últimas, ejecuta el currículo frente al estudiante en el aula de clase, se reconoce su importancia como uno de los actores principales de este proceso. En este sentido, se pretende estudiar las implicaciones de incorporar competencias genéricas en las prácticas de enseñanza en la Educación Superior.”  (Estúdios Pedagógicos XXXIV, N° 1: 199-214,  2008).

[6] La definición de profesión que aquí se ofrece pretende trascender la ambigüedad que al término se le adjudica al ser utilizado con distintos significados implícitos, generados en el reducido contexto de procesos industriales y determinados por políticas de mercado y comercio.
[7] Considerar la existencia de una cierta profesión como determinada socialmente explica la persistencia de dicha profesión en tanto sea necesaria para la sociedad. Las “profesiones” que tienen existencia efímera pueden ser, en realidad, solo artificiosa moda fugaz producto de la publicidad de las políticas de mercado y comercio y no socialmente necesarias.
[8] Se hace necesario distinguir como diferentes a los conceptos que representan los términos profesionista y profesional, a pesar de la práctica común de considerarlos idénticos. Por profesional se entiende el sistema de cualidades del ser humano que se expresan como propósitos del desarrollo de su actividad; comprende valores éticos, morales y estéticos. Esta distinción permite explicar como una persona en el desempeño de un oficio pueda realizar profesionalmente una tarea, en tanto otra en el ejercicio de una profesión pueda no desempeñarse de manera profesional.
[9] Es necesaria esta aclaración dada la recurrente práctica de considerar a las instituciones educativas, específicamente las de nivel superior, como la fuente de las profesiones. De esta práctica surgen consecuencias como la de supeditar las funciones educativas a determinaciones que provienen no de la satisfacción de necesidades sociales sino de intereses de quienes usufructúan y controlan las relaciones de mercado y comercio.
[10] Definir a la profesión de la ingeniería civil y al ingeniero civil como profesionista para su ejercicio tiene, naturalmente, implicaciones que revolucionan el campo de la educación como el ámbito natural para la formación de dichos profesionistas; y en donde desde hace al menos dos décadas se llevan a cabo transformaciones que no han dejado de ser, en muchos casos, respuestas improvisadas a las exigencias sociales. Aún debe ser atendida, para procurar resolverla, la contradicción dialéctica que se manifiesta recurrentemente en los procesos de formación de profesionistas: en el presente se forman los profesionistas del futuro, por personal que se formó en el pasado, humanamente imposibilitados de dominar el creciente conocimiento científico actualizado que deben asimilar en cada vez menos tiempo quienes se forman.
[11] "LA ACTIVIDAD COMO CATEGORIA FILOSOFICA"
RIGOBERTO PUPO PUPO. EDITORIAL DE CIENCIAS SOCIALES. LA HABANA. 1990. [Pág. 13-14]

[12] "CAPACIDADES, HABILIDADES Y HABITOS. UNA ALTERNATIVA TEORICA, METODOLOGICA Y PRACTICA".
H. BRITO FERNANDEZ. PONENCIA EN EL PRIMER COLOQUIO SOBRE LA INTELIGENCIA FACULTAD DE PEDAGOGIA I. S. P. E. J. V. LA HABANA. SEPTIEMBRE 1989-JUNIO 1990